No todo va a ser NBA, por lo que os dejo un artículo de su antiguo compañero Aniceto...
Llegué a España al Clesa Ferrol en noviembre del 1985 y mi compañero extranjero de equipo fue Nate Davis . Para mi, cómo novato (tenía 22 años) en la liga española e iniciando una carrera profesional, fue una suerte encontrarme a Nate. Es clave para todo joven jugador tener a un compañero de equipo extranjero como tú, con experiencia en la liga y con una forma de ser no conflictiva, que se haya adaptado muy bien al nuevo entorno donde uno tiene que vivir y hacer su vida. Con todo esto, Nate era un ganador, y un portento del baloncesto. Sabía a la perfección cuál era su rol y su papel como líder, como anotador y modelo para otros. Las grandes virtudes de Nate eran su tremenda concentración e instinto para anotar desde todas las distancias, ¡¡¡y una capacidad de salto descomunal!!! Aquel mate que nunca olvidaré Una anécdota: en uno de mis primeros partidos, fue contra el Barcelona, después de un tiro fallido nuestro, Nate y yo fuimos al rebote ofensivo. El balón cayó al suelo y Nate se agachó estando de espaldas al aro. Agarró el balón con las dos manos y de un solo impulso se elevó e hizo un mate de espaldas que daban ganas de decirle "Nate, por favor, ¡¡puedes volverlo a hacer!!" Cómo le dijó Magic Johnson al Dr. J. Una cosa de locos cómo diría el Pampa ¡¡¡INCREIBLE!!! Nate no ponía mucho el balón en el suelo para botar. Tenía un excelente "timing" para esperar el momento idóneo y aprovecharse de un bloqueo o con su explosividad fintar a su defensor, salir a coger el balón y elevarse directamente para un tiro en suspensión desde cualquier distancia. Estoy seguro de que hubiera superado muchos records de anotación si se hubiera implantado la línea de tres puntos mucho antes. Sólo ponía el balón en el suelo botando cuando había que ayudar a subirlo bajo una presión a nuestros bases y, sobre todo, cuando quedaban pocos segundos y necesitábamos una canasta para igualar o ganar. Allí Nate estaba en su propio "firmamento". Los grandes jugadores buscaban este momento, y Nate es/fue obviamente uno de los grandes. Su punto débil Las lagunas que podría tener eran en sus fundamentos defensivos donde se mantenía, quizás, demasiado erguido para defender a un 2 o un 3 como él que en general manejaban muy bien el balón con el peligro de rebasarle con facilidad. Pero Nate suplía esta debilidad con un instinto y reflejos extraordinarios para saltar a interceptar el balón o poner un tapón. Igualmente, era un líder silencioso en el vestuario y en la cancha. Querría que sus compañeros confiasen en él para los momentos difíciles y emanaba de él una serenidad admirable. Deseo que todo jugador joven tenga un veterano compañero cómo Nate Davis en su equipo, sobre todo al principio de su carrera.